* 2 cebollas medianas
* 4 gajos de ajo sin pelar
* 3 tomates en rama maduros
* 3 patatas medianas
* 1 vaso de vino blanco seco
* 1 vaso de caldo (o un cubito)
* 1 hoja de laurel
* romero
* aceite de oliva, sal y pimienta
Lo primero que hay que hacer es poner el horno arriba y abajo a 180º.
Escoge una cazuela que pueda ir al horno y añade aceite de oliva, las carrilleras salpimentadas y tapada la cazuela, métela en el horno que bajarás a 160º.
Mientras controlas que la carne se cuece uniformemente de un lado y del otro, corta las cebollas peladas bien finas, sálalas y añádelas a la cazuela cuando veas que la carne empieza a dorarse.
Seguidamente, ralla el tomate.
Cuando la cebolla empieza a tomar ese color brillante y transparente, lo añades junto con los ajos sin pelar, el vaso de vino blanco seco, el laurel y el romero. Deja todo el conjunto que vaya rustiendo.
Pela y corta las patatas a cuadraditos y friélas en una sartén hasta que empiecen a tomar color. Escurre y sala. Cuando el rustido esté ya casi listo, añade las patatas junto con el caldo. Mezcla un poco y mantenlo en el horno quince minutos más.
Verás que no hará falta ni que pongas cuchillo en la mesa. Sencillas y deliciosas.
Espero que os gusten!!
Hola, pues nunca lashe hecho al horno, hay que probarlas, se ven spectaculars. Un beso
ResponderEliminarHola Elisa, cómo estas? A mi es que el horno me gusta mucho. Es muy limpio y mientras puedes ir haciendo otras cosas... no se, me facilita mucho el trabajo!! Este plato lo único que necesita es tiempo para que queden realmente tiernas. Espero que te gusten. Un abrazo!! ❤
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