Para rallar el queso a mano sin tener que limpiar después la tabla, busca una bolsa de plástico lo suficientemente grande para que quepan en ella la mano, el rallador y el queso. Puedes guardarlo en el congelador durante el tiempo que quieras.
Al conservar el queso en una quesera suele pasar que el queso transpira y aparecen unas gotitas que brillan y ofrecen un aspecto desagradable. Para evitarlo basta con poner dentro de la campana, un terrón de azúcar.
Con los restos de queso puedes mezclarlos con la salsa vinagreta y fabricar un sabroso condimento para las ensaladas.
Adquiere la costumbre de guardar de lado la caja de queso Camembert. De este modo, la caja por sí misma se situará de tal manera que la parte empezada quedará siempre hacia arriba.
Para conservar el queso de Gruyer durante bastante tiempo en la nevera, envuélvelo en un trapo de algodón previamente empapado en leche y bien estrujado. Si tienes gruyer reseco, puedes recuperarlo envolviéndolo en un trapo empapado en vino blanco. Al cabo de algunas horas estará nuevamente en condiciones de ser consumido.
Al conservar el queso en una quesera suele pasar que el queso transpira y aparecen unas gotitas que brillan y ofrecen un aspecto desagradable. Para evitarlo basta con poner dentro de la campana, un terrón de azúcar.
Con los restos de queso puedes mezclarlos con la salsa vinagreta y fabricar un sabroso condimento para las ensaladas.
Adquiere la costumbre de guardar de lado la caja de queso Camembert. De este modo, la caja por sí misma se situará de tal manera que la parte empezada quedará siempre hacia arriba.
Para conservar el queso de Gruyer durante bastante tiempo en la nevera, envuélvelo en un trapo de algodón previamente empapado en leche y bien estrujado. Si tienes gruyer reseco, puedes recuperarlo envolviéndolo en un trapo empapado en vino blanco. Al cabo de algunas horas estará nuevamente en condiciones de ser consumido.
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