PASTA

Al hacerlas, tenga siempre en cuenta que la cantidad de agua debe ser proporcional al tamaño del recipiente que usa. Una olla grande y bastante alta, puede ser útil. Llénala hasta sus dos terceras partes.

No eches la pasta hasta que el agua esté en plena ebullición. Una cucharada sopera de aceite en el agua, impedirá que la pasta se peque. Cuando la pasta esté a punto, corte rápidamente la ebullición añadiendo un vaso de agua fría antes de escurrirlas.

Cuando las escurra, pásales un chorro de agua fría para que recuperen un poco su consistencia.

La pasta ya hervida que quiere recalentar, también recuperará su consistencia si la escaldas. 

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