
Para evitar que los insectos se nutran de las encuadernaciones, hay un método que no falla. Coloca sobre uno de los estantes un frasco abierto con un algodón en su interior. Empápalo regularmente en agua con azúcar.
Para reparar el ataque de la humedad en sus libros. Espolvorea con talco cada hoja, repartiéndolo cuidadosamente con un algodón en rama. Posteriormente, apreta el libro de modo que las hojas se mantengan perfectamente en contacto unas con otras y recobren su lisura. Finalmente sacúdelo, cuando el talco haya absorbido toda la humedad.
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