CEPILLOS

CEPILLO DE DIENTES: Hazlo más flexible, dejándolo en remojo durante un día en agua salada.




CEPILLO DE LA ROPA: Humedece un poco de salvado con un chorrito de agua. Impregna los cepillo con esa mezcla y frótalos uno con otro. Enjuágalos muy bien para eliminar el salvado y déjalo secar.

CEPILLO DE UÑAS: Puedes devolver la rigidez del cepillo de las uñas sumergiéndolo en una mezcla de agua fría y vinagre a partes iguales.

CEPILLO DE ZAPATOS: Limpiar el cepillo de los zapatos, es siempre un trabajo que resulta pesado, especialmente si se hace sumergiéndolo en un cubo con agua y jabón, puesto que en este caso, además de limpiar el cepillo, después se debe limpiar también el cubo. Por eso, lo mejor es poner el cepillo de zapatos en una bolsa de plástico llena de agua y jabón; así bastará con que la tire al terminar la tarea.

CEPILLO DEL CABELLO: Limpie el cepillo del cabello, remojándolo periódicamente en agua con amoníaco. Para renovarlo, déjelo en agua con vinagre.






CEPILLOS Y PINCELES: Si con el uso, los cepillos o los pinceles, se vuelven demasiado flexibles, póngalos en agua con vinagre.

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