ALFOMBRAS

Antes de limpiar una alfombra es necesario sacudirla con una palmeta. Para quitar los pelos de animales o hilos de la alfombra, de las colchas o de la ropa en general utiliza, en lugar de un cepillo, una esponja sintética húmeda.

Para la limpieza de una alfombra pequeña, utiliza miga de pan de centeno fresco y caliente y después tiéndela a la sombra durante 24 horas. También puedes limpiarla con un poco de clara de huevo para evitar las manchas y los cercos.

Si la alfombra es más grande, espolvoréala con serrín empapado en vinagre de alcohol o en amoníaco; a continuación cepíllala para que penetre bien y déjala secar antes de pasar el aspirador.

Para reavivar los colores de una alfombra, puedes cubrirla con hojas de té, secas, pero usadas previamente en una infusión. Después tienes que cepillarla con un cepillo humedecido en agua con amoníaco (2 cucharadas soperas por litro de agua), y finalmente secar la alfombra con un trapo seco.

También se reavivan los colores de la alfombra, esparciendo borra de café húmeda sobre toda la alfombra. En ambos casos, debe terminarse la operación, barriendo la alfombra con una escoba de paja.

Los flecos de las alfombras se limpian cepillando con agua y jabón. Se previsora y coloca debajo de los flecos una tela que los separe del suelo. Después de enjuagarlo, te aconsejo empaparlos en agua con un poco de almidón, para evitar que se arruguen.

Destruye las larvas de las polillas restregando las alfombras con un paño empapado en aguarrás.

El papel de periódico también mantiene las polillas a distancia. Cubre la alfombra con papel de periódico antes de enrollarla. También envuelve el cilindro resultante.

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