
Manchas de tinta. Hay que humedecer un trapo en agua oxigenada a 20 volúmenes y unas gotas de amoníaco. Seca el mármol con un trapo suave y sácale brillo.
Manchas de grasa: Lo mejor es usar gasolina o bencina pero teniendo cuidado de mantener estos productos lejos del fuego.
Manchas de óxido: Utiliza con precaución sal de acedera (ácido oxálico cristalizado) que encontrarás en las droguerías. Disuelve una cucharada en un poco de agua caliente y moja las manchas con la solución obtenida.
Para eliminar el tono amarillento de algunos mármoles, límpialo con agua y jabón y después restrégalo con jugo de limón mezclado con sal fina. Para terminar, enjuágalo y sécalo.
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