A menudo, los grabados antiguos muestran los efectos de la humedad o de una prolongada exposición a la luz. Para reparar este mal, el único medio natural consiste en pasarles agua mezclada con lejía (1 parte de lejía por cada 5 de agua). Posteriormente, pon el grabado a secar entre dos papeles secantes.
Si a pesar de todo, no obtiene el resultado pretendido, añade un poco de agua oxigenada a la solución anterior.
Si a pesar de todo, no obtiene el resultado pretendido, añade un poco de agua oxigenada a la solución anterior.
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