BOTAS

Cuando guardas las botas de cuero durante un tiempo tienes que ser precavido para evitar que se deformen. Si no dispones de las hormas adecuadas, puedes solucionar el problema enrollando una revista y colocándola en el interior de la bota. También puedes utilizar una botella de un diámetro similar al de la bota. Métela dentro de una media vieja y te será más fácil ponerla.

Algunas veces, las botas sin cremallera, son difíciles de poner. Te será más fácil si pegas en el interior de la bota una cinta de raso desde el talón de la bota y a lo largo de la caña. De este modo, verás que el pie se desliza sin dificultad.

Antes de tirar unas botas de cuero, comprueba que puedes aprovechar el cuero de la caña. Normalmente, la bota está muy desgastada en la suela y la base, pero la caña está intacta. Siempre podrás utilizar este cuero para reforzar los codos y las rodillas de las prendas de los niños.

Para que las botas de goma conserven durante más tiempo su elasticidad, conviene pasarles regularmente un trapo empapado en leche tibia. Normalmente se lavan con agua y jabón pero si quieres recuperar su flexibilidad, puedes lavarlas también con clara de huevo batida a punto de nieve o con un poco de glicerina diluida en agua. 

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