Espero que os gusten las alcachofas... a mi me encantan!
Sabías que las alcachofas son un diurético excelente rico en calcio, magnesio y potasio? Y es que lo tiene todo; ayuda a proteger el hígado, reduce la concentración de azúcar en la sangre y es un alimento depurativo que además mejora la digestión.
Tenemos alcachofas desde octubre hasta bien entrada la primavera. Cuando vayas a comprarlas, elije alcachofas que pesen, sin manchas y que tengan las hojas cerradas, bien apretadas y brillantes. Un truco consiste en presionarlas un poco cerca del oído. Si escuchas un ligero crujido es señal de que es fresca.
Aunque para mi no es un problema, es verdad que a la hora de cocinarlas, exige cierto trabajo en la cocina. Hay que cortarle parte de la base y las puntas duras. Arrancarle las hojas exteriores más fibrosas y, a veces, eliminar la pelusilla del interior. Pero bueno, y el premio de poder comértelas, qué!
Pero bueno, vamos a por la receta... una vez hayas escogido unas estupendas alcachofas, corta parte de la base, pela el tallo y elimina las hojas verdes. Corta por la parte de arriba de la alcachofa y luego por la mitad. Frota con limón para que no se oscurezcan y ponlas en agua fresca con zumo de limón. En este video puedes ver todo el proceso Cómo pelar Alcachofas.
Una vez las tengas todas cortadas por la mitad, ponlas en agua hirviendo junto con los limones durante 15 minutos. Pasado este tiempo las sacas y que escurran bien.
Pon en marcha el horno a 200º arriba i abajo. En una bandeja de horno, pon un papel de horno y las alcafofas encima, boca arriba, con un poco de aceite, sal y pimienta. Hornea 20 minutos. Sácalas y tómalas junto con Salsa de Romesco.
Espero que disfrutes con esta receta!
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